Sin haberlo pensado, me ha salido un pareado. Treinta grados como treinta soles hicieron ayer en La Haya, por lo que tras levantarme temprano, no me acabo de acostumbrar a dormir con un cojín por almohada, quizá sea porque tengo la cabeza muy grande y no me cabe, también es posible que me mueva demasiado en la cama.
A las 9:30 salía por la puerta, en chándal y mangas largas, craso error, anduve durante 40 minutos lentamente en dirección a la playa, guiándome por la salida del sol, y yendo hacia el norte.
La playa es impresionante, anduve por ella durante hora y media y solo llegué a pasar unos 100 metros del Pier que se ve en la foto:
Una vez volví al punto de origen en la playa, extendí mi camiseta de mangas largas, que hizo las veces de toalla. No he venido preparado para la playa. Y estuve leyendo-estudiando durante otra hora y media, vaya solano me pillé.
Tras ese tiempo, fui a comer a un restaurante playero, donde 'I had lunch'. Tras la comida del mediodía, una hora estuve en el restaurante, la verdad es que los holandeses son tranquilos para servir y cuando uno está solo, pues es bastante aburrido. Esta vez no lo fue tanto, puesto que estaba disfrutando de la playa de La Haya.
Pues nada, me volví también andando hacia el hotel, aprovechando para ver el puerto pesquero y el deportivo, en el que hice unas cuantas fotos (las publicaré en el Luis+ para amigos y familiares). Aquí va una muestra:
Tras pasarme por el hotel, decidí ir al centro de la ciudad a pasear mientras veía lo que se me fuera poniendo por delante. Así pues, ayer me visité casi todo el centro, acabé en un supermercado comprándome la cena del sábado, una ensalada variada y un sandwich.
Hoy, no ha sido un día tranquilo ni mucho menos, tampoco me he levantado tarde y simplemente me fui al parque anexo a la Estación Central tras andarme toda la zona de embajadas de La Haya, he encontrado la de España y no me ha parecido nada especial, un edificio cúbico, compartido con otras oficinas del gobierno holandés. En el parque he estado un par de horas estudiando y después he ido a Voorburg a comer con mi compañero de trabajo, que llegaba hoy a La Haya.
A partir de mañana, pues, ¡a entrenar se ha dicho!
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