Crónica 1ª Tapia: 'Una vuelta completa a la Tapia'

Llegué con mucho tiempo de antelación, directamente desde el trabajo, en el que tuve que hacer tiempo para llegar con no demasiada antelación. Ciertamente, mi trabajo está bien comunicado con la Casa de Campo, ya que no tengo que hacer ningún trasbordo largo de metro (sólo en Tres Olivos). Eso sí, a esas horas el tren va 'petado' a partir de Plaza de Castilla.

Sobre las 19h ya estaba en el Meeting Point, donde Óscar amablemente me cedió las llaves de su carromato para cambiarme. Después empezó a llegar más gente y una charla de 25 minutos precedió a la salida del gran grupo para afrontar la tapia.



Los primeros 8 kilómetros son suaves, ligeros repechones pero si vas en grupo o acompañado se te hacen muy cortos y rápidos. Las pulsaciones ya empezaban a dar signos de que no iban a ser bajas, pero bueno, de caja y de piernas iba relativamente cómodo, hablando en la mayoría del tiempo. Hasta la primera cuesta, rondé las 146ppm. A partir del kilómetro 4, me encontré inmerso en un grupeto de unas 10 unidades donde rodé muy cómodo, pero quizá el ritmo era un punto superior al que podría considerar carrera lenta cómoda. Ahí dejé de hablar y me concentré en no perder comba en el grupo.

El grupo llegó hasta cruzar el puente sobre la vía del tren, donde algunos hicieron un recorte para evitar las cuestas que acompañan al famoso 'Mortirolo'. Me quedé junto a una chica y un par de chicos y el grupo de 4 llegamos hasta la fuente donde la chica no paró a beber agua y uno de los chicos ya tuvo que reducir el ritmo porque había gastado quizá demasiado en las cuestas.



En ese punto me puse a correr con Pedro (AbebeBikila) y otro chico, los tres afrontamos los tres kilómetros que separan la fuente de la última cuesta dura de la tapia, que acaba en una casa grande de cuyo nombre ahora no me acuerdo (es donde acaba un entreno de cuestas que realicé hace tres años).

A partir de ahí, cuesta abajo casi todo, todo el camino a 50-60 metros de la chica con la que subí el mortirolo hasta llegar al carril bici... donde ya he comentado que equivoqué mi camino. La parte final de la tapia es completamente llana y la terminé a un ritmo de 5:16.

Después, ya esperando a Santi (crusti), Juan Luis (yonhey) me invitó a una cervecita (¡Gracias!) y poco después ya llegó crusti y nos volvimos para Valdemoro.

Cuando publiquen las fotos del evento, colgaré alguna para intentar hacer más amena la lectura de esta crónica.